Ìle Saint Louis- Ìle de la Cité- Barrio Latino- Jardines de Luxemburgo
Ayer fué mi primer despertar en París, y como estoy alojada en un lugar privilegiado, casi que no podía pedir más de lo que veian mis ojos esa mañana, pero es que además hizo un día fantástico, soleado despejado y de temperaturas totalmente veraniegas. Así que después de tomar mi primer desayuno parisino con las cosas con que me había obsequiado mi anfitrión, me calcé mis bambas de running y me equipé para ir a recorrer mi barrio. Me hacía muchísima ilusión salir a hacer ejercicio por los muelles que hay a lo largo del Sena. Tengo que deciros que las dos islas, tanto la de la Cité como la de Saint Louis, son preciosas, y que cuando llevaba 10 minutos en la calle automáticamente pensé en que si algun día vivía en París, allí era donde yo quería vivir.
Después fui a uno de esos colmados donde tienen de todo y llené mi despensa y mi nevera de cosas deliciosas con las que construir mis desayunos, y mis cenas. La Île de Saint Louis està repleta de tiendas maravillosas, cafés y restaurantes de mucha calidad ( Los precios tambien estan en la franja alta, pero es que los souvenirs que puedes comprar aquí no tienen nada que ver con los que encuentras en zonas más turísticas… Y la calidad de la comida tanto en restaurantes como en tiendas está a años luz…. )
Después de recorrer las dos islas, hacer unas 1500 fotos a la Catedral de Notre Dame desde todos los angulos, y hacer la parada obligada en el Pont de l´Archevêché ( Puente del Arzobispado que une el IV distrito con el V a la altura de Notre Dame, y que está abarrotado de los candados del amor. Un puente lleno de promesas e ilusiones….¿Seguiran juntos la mayoría de esas parejas que se prometieron amor eterno en la ciudad del amor? ), aproveché para hacer una de mis compras favoritas cuando viajo. Me encanta comprar libros y sobretodo recorrer librerias de segunda mano y encontrar pequeños tesoros. Compré un montón y mi tesoro de ayer fue un libro precioso forrado en tela estampada en flores titulado “Les expressions de nos grands-mères” ( las expresiones de nuestras abuelas ), que automáticamente supe que estaba puesto ahí para mí. La mayoría de los que me leéis no lo sabéis, pero mi abuela nació en París y vivió en esta ciudad hasta los 18 años, así que mi corazón empezó a latir y lo agarré como si fuera la joya más preciada del mundo ( y esta maravilla me costó solo 3 euros…).
Tocaba ya el turno al barrio Latino, donde aproveché para comer, y para comprar mis primeros dulces parisinos ( unos fantásticos macarons y unas delicias de chocolate rellenas de naranja ). Después tocaba descansar en los Jardines de Luxemburgo, donde aproveché para leer fragmentos de los libros que había comprado y para anotar todas las recomendaciones que os pondré en un post al finalizar el viaje ( con direcciones y datos ). Aunque el jardín se me resistió un poquito, ya que tuve mi primera experiencia con el metro y me equivoqué en todo, pero….al fin y al cabo estaba en París, así que….¿A quien le importa perderse?
Mis pies ya no daban para más y decidí regresar a mi acojedor apartamento, para prepararme una merecida cena con vistas al Sena y empezar a escribir este diario. Mañana más…( aunque no sé cuando podré publicarlo… )
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