París,  Travel Guides

Musée d´Orsay- Le Marais- Rue Saint Honoré- Tour Eiffel

Tour EiffelMi segundo día en París fue un cúmulo de emociones, sentimientos y sensibilidad a flor de piel. Y si a esto le sumamos viajes al pasado al más puro estilo de “Midnight in Paris” de Woody Allen, tenemos un cocktel perfecto para que el día de ayer fuera un día increible.

Decidí calzarme mis deportivas para que el tema calzado no me frenara en absoluto de todo lo que quería hacer. Así que me dirigí por la orilla del Sena desde mi casa hasta el ” Musée d´Orsay “. Que no os echen para atrás las larguísimas colas, ya que van bastante rápido. Si tenéis intención de visitar después el Musée de l´Orangerie ( que està delante cruzando el puente ) comprad la entrada conjunta. Una vez dentro, hay mucho por ver, pero siguiendo las recomendaciones de un amigo, me fui directamente a la última planta ( La del Impresionismo ) y aproveché para tomar un café en el “Café Campane” ( aquí tambien se puede comer si vais a pasar todo el día en el museo ya que  los precios estan un poco mejor que en el restaurante de la primera planta ). El café me sirvió para reconfortarme un poco, ya que la mañana de ayer fue un poco fría y necesitaba entrar en calor. Después de pagar mis 2.70 por el café expresso, me adentré en el Impresionismo de finales del siglo XIX ( Cézane, Monet, Manet, Renoir, Rodin,….) Allí fue donde empezó mi día intenso de emociones. Dentro de esas salas fui capaz de transportarme a 1875. La intensidad con la que llegaban esas pinturas a mi cabeza y mi corazón era tal, y las obras me transmitían tanta belleza, que viví una experiencia que no me había sucedido nunca en ningún museo. Tuve la suerte de coincidir con un par de grupos escolares ( en según que ocasiones, vamos casi siempre, no diría que eso es una suerte, ya que estoy bastante acostumbrada a que los grupos escolares sean ruidosos, y los niños estén alborotando y gritando por todas partes, pero no era el caso de estos…) y eso me permitió escuchar a sus profesoras ( o guías del museo…) como les explicaban lo que tenían delante de ellos. Cuando las cosas se explican para niños, se hace de una manera diferente ya que se trata de conseguir que esos niños se interesen por ese tema, y aprendan, y la que explicaba lo hacía con tanto amor, y los niños escuchaban con tanta ilusión, que se me erizó la piel y lloré…. Y ese bienestar, me acompañó ya durante todo el recorrido por el museo. Ya sólo con eso valió la pena la visita de ayer, pero es que en la misma planta hay un mirador espectacular con unas vistas preciosas de París…. Así que aun alimenté más el sentido de la vista.

Musée d´Orsay

Despues entré en una de las exposiciones temporales, la de un ilustrador excéntrico  y popular llamado Gustavo Doré. Finalmente paseé por la terraza de las estatuas, un precioso hall lleno de maravillas, y ya en la calle me dirigí al metro en dirección al barrio de “Le Marais “.

Para llegar a “Le Marais” me bajé en la parada de metro de Filles du Calvaire porque una amiga que trabaja cerca de París me recomendó que fuera a comer a ” Le Marché des Enfants Rouges “ en la Rue de Bretagne. Es un mercado donde puedes comprar desde flores a verduras, carne, etc… de todo un poco, pero con la peculiaridad que está lleno de sitios para comer y a muy buen precio. Yo comí en un puesto de comida Libanesa y me puse las botas por 12 euros. Aquí es donde alimenté el sentido del gusto ( humus delicioso, babaganoush perfectamente especiado, aromática ensalada de tomate y menta, y shawarma de ternera acompañado de bulgur. Con todo ello podía escojer entre uno de sus deliciosos postres o bien un zumo de frutas naturales que no sé que llevaba pero era superrefrescante ) En este mismo lugar puedes comer desde 5 euros. En el mercado también tienes comida italiana, y si quieres algo un poquito más refinado, hay uno de los locales el BiBoViNo ( Du Bon Vin Dans Du Beaux Bibs ) que te ofrece una degustación de quesos y embutidos con vino a elegir por 12 euros.

Le Marché des enfants Rouges

Como seguía hacieno frío nada mejor para entrar en calor que salir del mercado y entrar en el café que está al lado ( Le Café du Marché des Enfants Rouges ), un cafetito muy “cool” con terracita de sillas de mimbre y en su interior sofas de cuero rojo, ideal para tomarte un café, pero también se puede comer a un precio medio platos de cocina francesa ( Foie gras, Gratinée â l´oignon,  brochettes, etc…. ).

Después de ahí recorrí  Le Marais lleno de preciosos Bistrots, tiendas artesanales, ropa , vaya todo lo que se espera de un barrio parisino. Y me topé con el “Village Saint Paul” , un minipueblecito situado dentro de unos callejones en los que entré de casualidad para hacer fotos, y los iba siguiendo como un laberinto. Muy recomendable este paseo, lleno de tiendas de artesanía y antiguedades ( os dejaré todas las indicaciones en el último post ya que es un lugar que alguien con prisa no encuentra y se necesita ser curioso para encontrarlo ).

Village de Saint Paul

Después de recorrer todo el barrio me dirigí hacia la Rue Saint Honoré para encontrarme con mis orígenes. Tenía el número donde había nacido y vivido mi abuela, y eso fue un traslado total a principios del Siglo XX . Las energías y emociones que sentí no os las puedo transmitir pero fue otro de los momentos mágicos del día. Subí todas las escaleras hasta el último piso del edificio y me iba parando en las ventanas que daban al patio exterior de la finca, imaginándome a mi abuela mirando por esas ventanas, a los 10, 12, 15 años. Ese fue mi último viaje al pasado de ese día.

Ya cambiando totalmente de tema, justo al lado entré en una tienda de Ropa Vintage donde puedes encontrar cosas fantásticas como un vestido Gucci negro largo y superelegante por 60 euros, o un vestido estampado floreado de estilo naif tambien largo de Ralph Lauren Por 40 euros ( tambien bolsos, zapatos, complementos, de todo!!! ).

Me quedaba ya la etapa final del día, mi encuentro cara a cara con La Tour Eiffel.  Evidentemente ya la había visto, pero cuando viajas con más gente, y vas en plan turista, no te empapas de la esencia de las cosas, como cuando viajas sola. Y disfruté como una enana. Me bajé en Trocadero y me iba acercando poco a poco, parándome en mil sitios para tomar fotos desde diferentes puntos de vista. Perfecto.

Tour Eiffel

Es uno de los sitios de París donde he notado energías bastante parecidas a las que noté en Nueva York ( remotamente parecidas. Las dos ciudades son muy diferentes, y se viven experiencias a distintos niveles ).

Aquí ya dí por finalizada mi jornada, y regresé a mi Île de Saint Louis donde aproveché para hacer unas compras de recuerdos para mis seres queridos. Y ya en casa una cenita de endivias gratinadas al roquefort, acompañadas de una copa de Borgogna Blanco y fresas, con vistas al Sena.

Paris je t´aime!!!

P.D:Hoy viene a verme una amiga, así que me retrasaré un poco en el siguiente post . Pero no os preocupéis, tarde o temprano lo leeréis. Por cierto….gracias por leerme!!!

 

 

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