Volviendo a hacer las maletas… Nueva York me espera
Parece mentira pero por fin ha llegado el dia….
Girona
En la infancia nos gusta coleccionar cosas. Yo recuerdo mis colecciones de canicas, cromos, sellos, monedas, miniaturas,… La gracia de coleccionar era conseguir cuantas más mejor, y contarlas, y pasarte horas ordenándolas, y mientras lo hacías ibas repasando la historia de cada una de las piezas. Aquél cromo que no conseguiste hasta el final y que parecía que no ibas a tener y finalmente lo conseguiste a cambio de otros 50 . O aquella canica tan bonita que conseguiste ganando en una partida en la que jugaste impecablemente… Ahora ya no colecciono nada de todo eso, pero me he dado cuenta que me gusta coleccionar momentos, y hacer listas , y guardar fotos y ordenarlas, y recordar….
Regent´s Park, London…
Una de las ventajas de encontrase a una misma, es que es más fácil dejar señuelos para que te encuentren otras personas. Y cuando esas personas te encuentran solo te queda recibirlos con los brazos abiertos y compartir con ellos todo tu amor, tu ser, tu esencia, para que se sientan como en casa. Exactamente igual que cuando vienen familiares o amigos a visitarte, y quieres compartir con ellos tu hogar. Quieres que lo encuentren acogedor, confortable, cálido y luminoso.
Para encontrarte a ti misma, no hace falta ir muy lejos, solo hace falta que te despojes de todo lo superficial, y allí, debajo de todas esas capas, sí sí ahí mismo…estás tú! Pero lo que puede llegar a ser difícil es ser totalmente sincera contigo misma, dejar a un lado para siempre los autoengaños, y analizar con muchísima atención que es lo que te hace feliz, que es lo que te emociona, que es lo que te hace estar en paz contigo misma, que es lo que quieres para ti, como quieres que sea tu vida, que tipo de personas quieres a tu lado, por donde no estás dispuesta a pasar bajo ningún concepto, y una larga lista de labores que debes llevar a cabo en soledad para no crear distorsiones, para no caer en la tentación de ponerte máscaras, y sobretodo para que no te influya para nada la opinión de los demás, ni esos bienintencionados consejos.
Y no te preocupes porque cuando tú ya sabes quién eres, qué quieres, y no te apartas del camino, vendrán a tu encuentro los demás. Y adivina, qué….: los que vendrán serán exactamente como los que estabas esperando, son exactamente los que habías invitado a tu vida.
Dicho esto, cualquier lugar puede ser bueno, pero evidentemente hay algunos entornos que nos van a facilitar esa labor, ya sea por ser remansos de paz, espacios abiertos a la naturaleza, o, por supuesto nuestra propia casa (uno de los mejores santuarios en caso de que no la compartamos con nadie, claro ). Evidentemente no se trata de la labor de un solo día, tienes que buscar esas situaciones siempre que puedas, incluso cuando ya crees que te has encontrado, porque la persona más importante que vas a conocer en toda tu vida eres tú. Y si das amor a los demás, para ti ración doble! Si dedicas tiempo a los demás, para ti mucho más.
Cuando estuve este verano en Londres, en una conversación alguien me dijo que en Londres no iba a encontrar esa paz que ando buscando siempre que puedo. Quien me conozca sabrá que no puedo estar más en desacuerdo. Para empezar, mi apartamento en el Soho era un auténtico templo para relajarme, meditar hacer yoga, bailar, y un sinfín de actividades en la que solo se requería mi presencia…Pero además por supuesto encontré fantásticos lugares en los que disfrutar de mí.
He querido dedicar este post a uno de los lugares en los que más disfruté: Regent´s Park. Fui por recomendación expresa de mi anfitrión, ya que ninguna de las personas con las que había hablado antes del viaje me habían comentado nada de este parque. George me dijo que el parque más conocido es Hyde Park, pero el más bonito y al que les gusta más ir a los londinenses es Regent´s Park.
Así que le dediqué un día entero.
Mi recomendación: id a pasear por el barrio de Marylebone, es un barrio precioso, muy elegante, con varios museos para visitar ( no os perdáis la Wallace Collection en un antiguo palacete por el que vale la pena pasear ) después adentraos en el parque y deleitaos con su belleza inmensa ( incluso podéis hacer una parada para hacer un picnic o visitar el zoo ) . Pero Regent´s Park también viene con sorpresa: En el extremo opuesto por el que habremos entrado, encontraremos una de las salidas que nos adentrará de lleno en otro mundo: Candem Town!
Pasé ahí entre sus calles y mercadillos unas 4 horas, que incluyó también la comida en un restaurante español, el «Jamón Jamón” al que debo hacer mención porque Mercedes me trató con mucha simpatía y comí muy bien por poco dinero ( un par de platos, más vino, y café por 17 libras ). Si sois de las que cuando estáis muchos días fuera de casa echáis de menos las tapitas y andáis buscando un restaurante de comida española por Londres, esta es una muy buena opción en Candem Town. Os dejo aquí el enlace a su web, porque además del de Candem tambien los puedes encontrar en otros barrios de Londres.
Después de la comida y las compras, deshice el camino andado y volví otra vez por Regent´s Park hasta Marylebone..
Os dejo algunas de las fotos del parque. Por si algún día os apetece buscaros por ahí….
Autumn in Vilanova i la Geltrú…
«Déjame que me refugie entre las mantas…muchísimo mejor si es contigo.
Ha llegado el momento de arrimarme más a ti….y ver esa peli de miedo…pero sólo si te quedas.
Es momento de buscar confort…aunque para valorar ese calorcito hay que notar primero el frío…”
Comienzo a redactar este post realmente feliz y totalmente satisfecha , al ver como de la misma manera que he ido evolucionando como persona, he aprendido a valorar, saborear y disfrutar cada etapa de mi vida. Y eso incluye mi adaptación a cada una de las estaciones del año. Aprendiendo a entenderlas como parte del ciclo de la vida, la tierra y la naturaleza.
No hace tanto, me pasaba los inviernos empujando los días deseando que llegara la primavera, y me pasaba el verano con la ansiedad de saber que la felicidad duraría poco. Contando los días que faltaban para que terminara, y esa inquietud de anticiparme a la inevitable llegada del final del verano, provocaba que no pudiera disfrutar del todo y todo el año era melancolía por lo que acababa y desesperación por lo que no llegaba…
Como comprenderéis así es imposible ser feliz…
No sé en que punto pasó. Solo sé que un año, recibí el otoño con alegría, y fui capaz de ser feliz durante todo lo que duró el invierno y sin darme cuenta llegó la primavera. Desde entonces, no he vuelto a sentir esa tristeza otoñal, y bien al contrario, en la actualidad se me eriza la piel de pensar que vuelve la época de la mantita, de estar a gustito y relajada en casa . Vuelven los potajes de legumbres, los guisos con setas, los tés muy calientes con especias, los panellets y las castañeras, caminar por casa con calcetines, y bailar por el comedor y levantarme un domingo cualquiera y ver que hace sol, y bajar a la playa a disfrutar del entorno en el que vivo.
Me apetece compartir con vosotros mi otoño, y cerrar un ciclo a modo de aniversario. En octubre del año pasado empecé este blog y desde entonces he podido compartir con vosotros las 4 estaciones y os puedo asegurar que las he disfrutado todas sin excepción…
No me digáis que no es adorable ese precioso cerdito, que cree que es un perro? Me tiene totalmente enamorada!
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¡Hasta la próxima semana!